domingo, 21 de marzo de 2010

UN DOMINGO HECHO DE LA NOSTALGIA



Rodeado de tantas personas trato de encontrar un lugar donde sentirme más cómodo en esta gran habitación de voces y movimientos desconocidos con sonrisas llenas de curiosidad de las que me nutro sin saber realmente si las quiero en un día tan gris y de objetos que vuelan al compás de música invisible.Volteo mis ojos sin mover mis piernas sentado sobre la incertidumbre me alimento de vida que ya está muerta sintiendo el ácido bocado que se derrite en mi cerebro para llorar sin motivo, sigo volteando mis ojos para evitar no ver lo que no quiero escuchar lo que no se dice de mí; la música ya no es tan invisible, la siento en mis ojos pero no disfruto estar rodeado de tanto espacio que crece en un tiempo que no tengo para detenerme a reír.Sorbo tras sorbo mi mente en blanco no sabe lo que hay fuera de esas paredes y me doy cuenta de mi inconsciencia al hablar al mismo tiempo que los demás, tratando de ocultar lo que realmente quisiera exhumar y realizar la autopsia de mi vida tan distante y lejana como aquella madrugada de estrellas.No puedo verla, maldita sea no puedo, pero sé que la noche ya esta encima de nosotros, y en medio de esto apareces tú, lejana madrugada, de cabellos extensos como las olas del mar sonriendo como la luna en viernes tan ausente que parece que nada te incomoda hoy, escucho tu nombre y no puedo llamarte como antes, pero estas aquí tan cerca y tan lejos, y me miras tratando de convencerme para contar aquella vieja historia de chiquillos enamorados.Pero hoy es otro espacio y tiempo, tu y yo lo sabemos, entonces busco una excusa en la noche y huir sin contar nada que me convierta en lo que ya no soy más, me pongo mi máscara y me alejo por aquellas calles que antes nos escondían, y que hoy son tan mudas que se olvidaron de aquella historia de chiquillos enamorados, más no de la nostalgia.Gracias por haber sido mi apoyo de regreso a casa en aquella vieja historia de chiquillos enamorados…

0 comentarios:

Publicar un comentario