sábado, 6 de noviembre de 2010

Orgásmica


Suavemente...
Sigilosamente...

Invado el edén de tu piel para cometer
el más dulce de los pecados y alimentarme
de tu fruto prohibido para sentirme hombre
con tus caricias que saben a mujer.

Te confiezo mujer, que si los orgamos
tienen sabor, es el sabor de tu piel
que refresca mis deseos más impuros
que son más puros que el aroma
de tu ardiente mirada al rozar mi piel.

Un cuerpo desnudo es sólo un cuerpo...
tu cuerpo desnudo es el Edén
donde quiero pecar hasta quedar sin aliento
para morir y renacer con
el néctar de tu sexo y de tu aliento.

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